El tiempo pasa rápido, si quieres lograr algo, tiene que ser en el momento.
La pandemia nos ha mostrado cómo la crisis puede conducir a las empresas a hacer innovaciones rápidas.
Solo mira a todas las empresas que rápidamente giraron hacia la entrega de sus productos a domicilio o adaptaron sus servicios a las nuevas regulaciones de salud.
Estos cambios tan rápidos y agiles de las empresas son el reflejo vivo de la adaptación y la sobrevivencia.
¿Cómo puede un líder ayudar a su equipo a mantener esta agilidad y sentido de urgencia para adaptarse a los cambios y la inseguridad de manera constante, incluso cuando hay crisis?
Aquí les propongo tres consejos.
Primero, haz pequeños experimentos. Piensa en el cambio no como un gran proyecto, sino como una serie de pruebas que los ayudaran a aprender rápidamente qué es lo que funciona, qué no y qué se necesita para ejecutar una idea.
A continuación, desafía a tu equipo a establecer objetivos a corto plazo, de alta prioridad e ideas desafiantes y que tengan una alta relación con sus objetivos, tareas y proyectos existentes.
El punto es necesariamente lograr esos objetivos de la mejor manera y de la forma más rápida, además de explorar qué otras posibles innovaciones pueden surgir de ello.
Finalmente, involúcrate personalmente. Para que una innovación despegue, los líderes deben participar activamente. No esperes a que la próxima crisis motive a tu equipo; establece las condiciones para la innovación proactiva, no reactiva, ahora.
La mejor manera que conozco para innovar, es establecer un programa de mejora continua usando la metodología del Sistema de Producción Toyota, que incluye la puesta en marcha a través de eventos KAIZEN.
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