Todos sin excepción, hemos estado sometidos a un estrés prolongado por varios meses.
Numerosos estudios coinciden en que esta situación deteriora no solo el bienestar, sino también el rendimiento en cualquiera de nuestras actividades.
Es por esto, que cabría preguntarnos si necesitamos, y merecemos una ruptura con la rutina cotidiana.
El cerebro libera sustancias químicas gratificantes, sin importar si las circunstancias son reales o imaginarias; por lo que, el puro hecho de planear tener un fin de semana divertido, nos pondrá en el camino de conseguir beneficios positivos y vivificantes.
Al estar al aire libre y apreciar las bellezas de la naturaleza -desde las pequeñísimas flores, hasta el infinito cielo - seguramente ganaremos una visión más optimista y creativa.
Porque; en vista de que el cambio es permanente…es muy acertado, experimentar nuevos caminos para alcanzar las metas de manera óptima.