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Contar una historia fortalece tu liderazgo


“Contar historias es la forma más poderosa para poner las ideas en el mundo de hoy” Robert McAfee Brown


Contar una buena historia, permite a las personas experimentar los hechos de manera cercana, además de que crea un enlace de empatía entre un líder y sus receptores.


A través de ellas no solo se trasmite información, sino que se siembra una reacción emocional, que motiva a los miembros de la organización, a realizar acciones por convicción.


¿Pero cómo se hace eso?

Para narrar una historia -ficticia o verdadera- se puede presentar a los personajes en una situación de conflicto, luego como se van desarrollando las acciones y por último el desenlace; como resolvieron el problema.


Las mejores historias son aquellas que exponen un caso, que se adapte a las necesidades de la audiencia en ese momento.


Hablan sobre los sentimientos o emociones que los personajes están viviendo. Las inquietudes que pueden tener, y los consejos o direcciones prácticas, que llevaron a cabo para resolver el o los conflictos.


No hay que temer compartir historias de fracasos, momentos de debilidad o en las que el caso requirió de ayuda externa.


Estas narraciones demuestran la capacidad de crecer y aprender, de situaciones difíciles. Más de uno pueden identificarse con ellas, y es importante saber que puede equivocarse, y que sin embargo contará con el apoyo del líder y un equipo colaborador; más que con uno crítico, competitivo o que solo descalifica.


Contar una buena historia lo conecta emocionalmente con sus oyentes; convirtiéndolo en un líder inspirador, que imprime un imborrable sello personal en sus intervenciones.


Requiere de práctica, pero si se hace bien, resultara para todos, en experiencias reveladoras de gran utilidad.


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