Conforme la aplicación de vacunas se ha generalizado en todo el mundo, muchas oficinas están abriendo, para iniciar el regreso al trabajo presencial.
Esas son buenas noticias para las personas que están deseosas por volver con sus colegas de trabajo. Pero, ¿qué pasa con las personas que están conflictuadas por el regreso a trabajar en una oficina? Tal vez tengan problemas de salud que los pondría en riesgo; o adquirieron responsabilidades de cuidar a alguien. O en este tiempo, han descubierto que son más felices y productivos trabajando en casa.
Entonces, ¿cómo ayudar a las personas a manejar su ansiedad por el retorno al trabajo? ¿Debería presionarlos a que regresen? Y si les preocupa que su carrera se vea afectada, si necesitan seguir trabajando desde casa; ¿debería asegurarles que no será así?
Este es un territorio desconocido para muchos; así habrá que avocarse al consejo de varios expertos; que coinciden en que hay ventajas y desventajas para todos; pero afortunadamente, hay varias cosas que puede hacer.
Descubra cómo se sienten las personas; de forma anónima, si es necesario.
No puede asumir que sus empleados le dirán abiertamente, si se sienten ansiosos por el reingreso.
“La gente tiene miedo de parecer débil o no estar a la altura de las expectativas”. Por lo tanto, es necesario que puedan hablar sin peligro.
La profesora de Harvard, Linda Hill sugiere usar encuestas anónimas, para preguntar cómo ven los empleados el retorno.
Utilice los conocimientos que obtenga, para abordar las preocupaciones de las personas.
Por ejemplo, si mencionaron consideraciones de salud en sus encuestas; respóndales con precisión qué precauciones -basadas en la ciencia- está tomando la empresa para mantener seguro al personal.
O digamos que hay empleados que prefieren trabajar desde casa porque pueden concentrarse mejor sin interrupciones. Entonces hable directamente con su equipo sobre cómo minimizar las distracciones, sin importar dónde estén trabajando.
El objetivo principal, es que se sientan escuchados.
Si les pide a las personas que compartan, responda directamente a lo que plantearon, para que sepan que se toma en serio sus preferencias y ansiedades.
Permita la ambivalencia sobre el regreso.
Cuando las personas compartan sus preocupaciones, permita que expresen los sentimientos encontrados y complejos.
Es tentador ser positivo sobre los cambios que se avecinan como una forma de calmar las preocupaciones, pero corre el riesgo de hacer que las personas se sientan rechazadas o sin darse cuenta, puede presionarlas para que oculten sus sentimientos negativos.
Resulta mejor apoyar la ambivalencia emocional, haciendo que sea válido tener sentimientos encontrados, pues las personas se adaptan más fácilmente.
Ofrezca flexibilidad
Durante la pandemia se han presentado muchas causas de dolor, y desconocemos lo traumatizantes que ha sido para las personas.
Si es posible, al menos al comienzo de la reapertura de su oficina, brinde algunas opciones sobre cuándo y con qué frecuencia ingresen sus empleados.
Ser flexible no se trata solo de ser amable y compasivo; sino también de mantener la productividad y retener a las personas.
La prisa por establecer la vieja normalidad no tiene sentido, pues causará fricciones. La pérdida de seguridad psicológica y el compromiso con la empresa, aunados al estrés, afectarán la productividad y la confianza.
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